De 1056 es la primera mención de Vinaqua, en la que sus vecinos actúan como testigos de una donación. Hasta el siglo XIX fue señorío de abadengo, dependiente del monasterio de San Juan de la Peña, desde el siglo XVI de las benedictinas de Jaca. Está vinculación, aunque antigua, es posterior al 992, fecha de una falsa carta de donación de la Villa por Sancho Garcés II. También es espuria la hecha por Pedro I en 1100, que tres años antes sí había entregado al cenobio las casas de Binaqua, propiedad de la difunta abadesa doña Sancha. En el siglo XII está constatada la existencia de viñedos (venta de las viñas Ariola y Assa).
Binacua formó parte del municipio de Santa Cilia, junto con la venta de Esculabolsas, y desde la segunda mitad del siglo XIX lo hace de Santa Cruz (llamado en 1916 Santa Cruz de la Serós). El fogaje que Fernando El Catolico ordenó en 1445 daba a Vinaqua 3 fuegos. En 1857 el pueblo tenía 110 habitantes.
Binacua formó parte del municipio de Santa Cilia, junto con la venta de Esculabolsas, y desde la segunda mitad del siglo XIX lo hace de Santa Cruz (llamado en 1916 Santa Cruz de la Serós). El fogaje que Fernando El Catolico ordenó en 1445 daba a Vinaqua 3 fuegos. En 1857 el pueblo tenía 110 habitantes.